INTRODUCCIÓN
El establecimiento de un supuesto "orden
natural" en la sociedad que se evidencia en la manera como la
misma se ha organizado bajo la figura del patriarcado, ha pretendido justificar
de alguna forma la violencia en contra de las mujeres, ya sea eliminando o
minimizando la responsabilidad del hombre ante la comisión de hechos que
vulneran sistemáticamente los derechos humanos de las mujeres.
Es indudable y casi incuestionable
que nos encontramos en una sociedad que por naturaleza es violenta, de hecho se
tiene la falsa concepción que a través de ella se enseña eficazmente, de esta
manera la gente atreve a aseverar en el caso de los niños y niñas que una "nalgada a tiempo enseña", sin
cuestionarse ni mucho menos reconocer que se trata de una forma de violencia, a
saber, violencia física.
En ese mismo orden de ideas,
encontramos pues como la sociedad justifica e incluso invisibiliza la violencia
en general, entonces que podemos esperar respecto a la violencia en contra de
la mujer siendo esta una sociedad patriarcal y machista por excelencia.
Si fuere posible encuadrar como
pandemia mundial la violencia contra la mujer, diríamos que la misma se
encuentra en el tipo 6 y que su contagio es indetenible, cuando revisamos las
estadísticas observamos con inmensa preocupación los alcances de dicha
violencia y como la misma se ha enquistado en nuestro modo de vida y se ha
invisibilizado.
Desarrollo
Como consecuencia del patriarcado y el machismo, se genera un
supuesto "orden natural"
que invisibiliza la violencia en contra de las mujeres, la
justifica y pretende convertirla en responsable-provocadora en algunos casos,
en otros de masoquista y en numerosos en violencia inexistente; de manera que debemos
sumar esfuerzos para logar una igualdad y equidad de género que permita romper
con los "nudos gordianos",
tal y como lo mencionó la Dra. Elida Rosa Aponte en ponencia ante Tribunal
Supremo de Justicia en ocasión del I Taller de Evaluación del Sistema de
Justicia de Género.
Las Naciones Unidas definen la violencia contra
la mujer como "todo acto de
violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico,
sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la
coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida
pública como en la privada".
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer, define la define como "cualquier
acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento
físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el
privado.".
La Ley Orgánica
sobre el Derecho de las Mujeres a una vida Libre de Violencia, la define en su
artículo 14 como "todo acto sexista
que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual,
psicológico, emocional, laboral, económico o patrimonial; la coacción o la
privación arbitraria de la libertad, así como la amenaza de ejecutar tales actos,
tanto si se producen en el ámbito público como en el privado".
De acuerdo a las
estadísticas proporcionadas por ONU mujeres y la OMS, la violencia en contra de
las mujeres es un problema de salud pública por el hecho de que una de cada
tres mujeres sufre violencia, en consecuencia esto debe prender las alarmas a
nivel mundial y que ello implique una necesidad urgente de luchar en contra de
todas las condiciones que propugnan la propagación de las prácticas que la
convalidan.
Es estrictamente
necesario iniciar un proceso de sensibilización en toda la población que le
otorgue a través de reestructuración cognitiva las herramientas necesarias y
suficientes que capaciten a los hombres y mujeres para poder identificar los
elementos del machismo y patriarcado que propugnan las relaciones asimétricas
de poder entre los géneros.
Revisando las estadísticas
encontramos que 1 de cada 3 mujeres ha soportado violencia física o sexual,
principalmente por un compañero sentimental; cerca de 120 millones de niñas han
sufrido el coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales forzadas en algún
momento de sus vidas; y 133 millones de mujeres y niñas se han visto sometidas
a la mutilación genital femenina.
Por otra parte, sería interesante
descubrir si la justificación a la violencia no es más bien la naturalización y
normalización de la violencia lo que impide que la misma pueda ser percibida en
toda su extensión y valorada con la gravedad adecuada.
Si bien es cierto que el machismo es
una conducta de poder, control y dominio del hombre sobre la mujer, no es menos
cierto que las conductas machistas no son solamente acometidas por hombres,
sino que las mujeres no escapan de este comportamiento y manera de pensar, es
decir, de esta actitud y aptitud machista.
Para evidenciar un caso en el cual existe
naturalización de la violencia contra la mujer podemos utilizar como ejemplo
una mujer que lleve a cabo un conjunto de jornadas laborales que vaya en
detrimento de sus derechos, donde la misma tenga la carga del hogar en el trabajo
doméstico, así como el trabajo fuera del hogar y que su esposo o pareja no le
imprima violencia física, y que la misma manifieste no ser víctima de violencia
puesto que ella es la que lleva la batuta y toma de decisiones, resulta que si
visibilizamos con enfoque de género podemos determinar que efectivamente la
misma es víctima del patriarcado y machismo, en consecuencia por esta razón es
la esclava
del hogar, situación que ni la misma mujer puede identificar puesto que
en el proceso de naturalización de los roles que supuestamente deben cumplir
cada persona en la sociedad, la misma invisibiliza la violencia.
Conclusión
La Violencia contra la Mujer es ciertamente
un Problema de Salud Pública puesto que los índices de ocurrencia de tales
hechos son alarmantes, aunado a la naturalización y minimización de tales
actitudes y aptitudes que no permiten visibilizar adecuadamente la violación
sistemática de estos derechos.
Se requiere, a través de programas de
atención, sensibilizar sobre estos temas a la colectividad para así incorporar
los lentes de género y podamos con dicha perspectiva realizar el análisis
correcto de equidad e igualdad a cada situación que se presente en nuestras
vidas, que nos conceda las herramientas para prevenir, atender y erradicar los
patrones socioculturales que propugnan las relaciones desiguales de poder entre
hombres y mujeres.
Se utiliza como ejemplo: el uso de los lentes
3D para ver películas 3D, al no utilizar estos lentes se observa la película
distorsionada, bien, eso ocurre al no utilizar los lentes de género, no
identificas el machismo y el patriarcado lo que en consecuencia genera la
violencia en contra de la mujer, la minimizas e incluso incurres en dicha
violencia.
SIMÓN
ERNESTO ARENAS GÓMEZ